Como todos los miércoles la niña está en la vereda con su vestido casi transparente.
Como todas las tardes ella juega a ser bailarina de flamenco moviendo la tela de su vestido.
Como siempre, se ven sus partes íntimas y los movimientos que realiza acompañan al juego.
Como todos miércoles el sale de un larga jornada de trabajo y encierro.
Como cada tarde se apoya en el árbol con su cuerpo sudado y cansado.
Como siempre se queda perplejo y enamorado, pero siempre la olvida como parte de su juego.
Espectáculo de un sólo observador, un público entregado a una estrella.
Tanto él necesita recrearse, como ella lucirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario