Bien,
fue tan pasional,
como lo deseabamos.
Y lo dejamos morir,
por miedos y obligaciones,
ahora nos preguntamos que será de nosotros y que hubiera sido,
si aceptabamos ese corazón en bandeja.
Y volvemos a ser un signo de pregunta en medio de una estupida realidad.
Conservamos la pasión
y en el fondo todavía lo deseamos.
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