jueves, 24 de junio de 2010

Adicto

La deseo, la necesito. 



Como esa dama blanca que gusta de jugar en la nariz,
la tengo inyectada en mis pensamientos.


Recorre mi cuerpo, se extremece mi carne, víctima de su seducción. 



Su sonrisa transforma y convierte mi paz en una batalla ancestral . 




 
Cubierto por su estela camino con la mirada perdida.




Las líneas lentamente se incrustan en mi cerebro.




Pudo haber sido un amor...

1 comentario:

=) dijo...

un efecto doppler