martes, 20 de abril de 2010

T déseo...




Arremangue su cintura entre mis manos.


Su piel toda estrujada, sentíase viva,


desde que mis dedos la recorren, hasta el beso del adiós…





Doblé sus labios con mi lengua.



El calor que le producía, sólo en sueños,


estoy seguro, no la dejarán por las noches…





Y en la almohada, el sudor (y entre las piernas…).



Al cerrar los ojos, mi figura,



la custodia echa sombras y los deseos interminables… 

No hay comentarios: