A veces mirar para abajo
puede resultar adrenalínico,
sobre todo si estamos parados
sobre un ladrillo flojo en el decimocuarto piso.
A veces saltar puede resultar efervescente
sobre todo saltamos
del decimocuarto piso sin paracaídas.
A veces caer puede resultar significativo
cuando el suelo es de concreto
y la distancia es de catorce pisos.
A veces morir puede resultar esquizofrénico
sobre todo cuando te cae
un boludo que se tiró
del decimocuarto piso.
5 de Septiembre del 2008.-
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