miércoles, 27 de agosto de 2008

¿Qué somos?

Sin pensar en la materia viviente, con alma y sensibilidades encontradas… y perdidas. Sin tener en cuenta la carne y la razón, los actos innatos y los ensayos cotidianos de movimientos continuos y quebrados. Y así, quebrados, buscamos encuentro y final de las cosas que nos atormentan. Y nos atormentan pequeñeces innecesarias molestias creadas por nosotros mismos.
Por miedo al después no terminamos nuestras vidas cuando lo creemos necesarios, hundidos en el temor a vivir… nos dejamos morir. Mientras más dolor nos envuelve mas placer nos da el relajo en el sufrimiento. Y sufriendo pasamos la vida y el dolor lo valoramos, aún más que algún momento de profunda felicidad.
Tiempo perdido, echado a la nada, regocijado al tener materialmente la vida arreglada, encajando en el mismo cubículo donde todos han sometido sus sueños y desencuentros. Nos aprovechamos de la muerte, y en el andamio de la inmortalidad dejamos que nuestra carne pase a ser un objeto inerte dispuesto a la putrefacción buscada.
Huelgas de hambre, para comer. Comer para vivir. Vivir sin nada que comer. Comer para poder defecar. Defecar comida innecesaria. Comer por vicio. Comer por necesidad. Defecar encima de los que no tienen para comer. Defecar hambre. Comer mierda.
La carestía de una acumulación de pasiones. Irreales. Imposibles. Forjando alas a nuestras espaldas. Sin poder volar. Hilvanando vasijas en nuestro cuero. Llenos de agua. Y no poder ser parte del oleaje. Fusionando el calor y el frío. Odiando fríamente a pares que nos enfurecen hasta las llamas. Amando con la calentura de una fogata. Sintiendo rechazos de frigorífico industrial.
Mezcla de dulce de leche y bosta vacuna. Guarnición de glucosa y salmuera en un solo frasco. Libres entre rejas. Cautivos de pieles móviles. Movilizados por las formas más extrañas e inimaginables. Frustrados un millón de veces. Tercos. Orgullosos de intentar aunque no se pueda. Caminando con el pecho vacío y derramando litros y litros de lágrimas por las veredas del destino.
Perdiendo o ganando. Insatisfechos en totalidad. Equilibrio de conjeturas. Desconfiando de los kilómetros de humanos que intentan llegar. Irse, sin decir adiós, ni esperar despedidas. Llegando al final, presenciando el principio indeseable sin poder evitarlo.
¿Qué somos? Que alguien me diga y sea capaz de desmentir lo que quieren ser y no pueden, por desear ser lo que nunca serán, y que levante la mano ése que es lo que siempre quiso ser, sin que le falte nada por ser o haber sido. No somos más que deseos inconclusos que se multiplican y se multiplican.

3 de Diciembre del 2007.-

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